Cuando desaparecen los artistas que te han acompañado a lo largo de tu vida, sientes un profundo dolor en tu corazón. Sientes la pérdida como si se tratase de alguien muy cercano. Y, en realidad era muy cercana: MARI TRINI, nos ha dejado, de manera discreta, como fue su vida, en un silencio no roto jamás por alardes publicitarios. Sus canciones, maravillosas, tiernas y de ese intimismo que nos abraza han estado acompañándonos durante décadas y lo seguirán haciendo por y para otras generaciones. Como decía ella era cercana, como esas composiciones que nos tocaban la fibra sensible, el corazón y el alma. Estaba con nosotros y formaba parte de nuesta juventud y madurez, ella era (es) una GRANDE de la música pop española, y será siempre recordada por muchas, muchas canciones: desde su versión asombrosa del "Ne me quitte pas " de Jacques Brel, pasando por "El alma no venderé", "Amores", "Yo no soy ésa", "Una estrella en mi jardín", "Escuchamé", "Ayúdala", "Cuando me acaricias" y tántas y tántas. O su buen hacer en el mundo de los boleros sudamericanos. Ella de apariencia tímida, sencilla, sensible y discreta...pero también feminista, con una rebeldía que contrastó con la época en que tuvo que vivir, estuvo siempre con nosotros.Ahora se nos ha marchado para siempre, de repente, sorprendiéndonos y dejándonos doloridos. Lógicamente sus grabaciones permanecerán y la escucharemos de nuevo, fresca como el primer día...y así estará en nuestro corazón. Descanse en paz, Mari Carmen Miravete: "Te amaré, te amo y te querré".
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